El bienestar financiero se basa en rutinas y comportamientos que mejoran la satisfacción en relación a la situación financiera. Seguridad, solvencia y también poder darnos un gusto como irnos de vacaciones o compararnos algo.
Controlar los gastos es un hábito fundamental para mejorar la relación con el dinero ya que nos permite tener una visión objetiva en donde estamos parados con nuestro presupuesto.
No es necesario tener ningún grado de preparación técnica para controlar nuestros gastos solo aplicar ciertos hábitos sencillos en el día a día:
- gastar dentro de tus límites
- disponer de un fondo de emergencia
- interesarse y aprender herramientas y conocimiento para tomar buenas decisiones financieras
- contar con un plan para el futuro que incluya un presupuesto y objetivos de ahorro
- entender cómo afectan las emociones a la gestión financiera
Está comprobado que el bienestar financiero no está ligado a los ingresos sino a como nos relacionamos con el dinero.